Los deportes de contacto son los que más se han tenido que readaptar a las nuevas condiciones sanitarias. La pandemia de coronavirus ha alterado los entrenamientos y competiciones de unas especialidades deportivas en las que, según la Sociedad Española de Medicina del Deporte, el riesgo de contagio es alto. El kárate ha dado un paso para reforzar las medidas de seguridad en la modalidad de combate (kumite).

Los karatekas de kumité suelen acompañar sus golpes con kiai (gritos agudos exhalados durante la ejecución de un ataque). La Federación Japonesa de Kárate había pedido que los deportistas se abstuvieran de gritar para reducir el riesgo de propagación del coronavirus.

La careta cubre completamente la boca del karatekas y está unida a un cascode protección similar a los que usan los boxeadores y los luchadores de artes marciales mixtas. Hasta ahora los karatekas pelean sin ningún protección en la cabeza. Con su uso la cantidad de gotas expulsadas al gritar podría reducirse entre un 95 y un 98 por ciento.

«Espero que se convierta en un modelo para los deportes de combate que han estado luchando por realizar eventos. También puede ser útil como referencia para contramedidas de infecciones en los Juegos Olímpicos de Tokio«, dijo Yoshihiro Sasakawa, vicepresidente de la Federación japonesa.

Estas máscaras se utilizarán este fin de semana en el Campeonato de la Universidad de Kanto en el Nippon Budokan de Tokio. Toshihisa Nagura, secretario general de la Federación Internacional de Kárate, estará presente en este evento y evaluará el uso de la máscara. «Puede ser importante para retomar la clasificación para los Juegos», apuntó Nagura.

Las nuevas pautas en Japón también permiten a los karatekas de kata, a quienes se les había prohibido gritar durante sus actuaciones en solitario, poder hacerlo aunque no usen el protector facial, siempre que se mantengan a cierta distancia de los árbitros y jueces.

 Se refiere al poder mental, a la capacidad que tiene la persona de concentrarse y controlar su energía mientras se defiende, para lograr un rendimiento óptimo de sus movimientos.

Cada movimiento que se lanza, lleva consigo un trabajo armónico que involucra fases que los karatekas denominan de relajación y contracción, y esto debe llevarse a cabo en armonía con la mente. No se trata únicamente de golpes y patadas, sino que lleva más lejos la técnica, a un plano de concentración que requiere de disciplina, autocontrol y voluntad.   

Antes de cada movimiento, el cerebro envía una orden que desencadena en una contracción de los músculos involucrados, en ese intervalo de tiempo la concentración debe estar enfocada tanto en la contracción de los músculos que ejecutarán el movimiento, como en sus antagonistas (que deben permanecer relajados), y los sinergistas que se activan para apoyar a los agonistas en el lanzamiento.

Se requiere de una armonía física en la que participan varias partes del cuerpo, y una actividad mental que requiere de enfoque, concentración, punto de equilibrio, velocidad y potencia.

El kime se ejecuta como tal en ese momento que se presenta entre la relajación y contracción de los músculos, se trata de una capacidad de decisión, de saber elegir el momento apropiado para defenderse o atacar, de tener la capacidad de ejecutar cada movimiento con convicción.

La respiración, al igual que en otras disciplinas está involucrada dentro del kime, acompañando cada movimiento, haciendo una especie de danza entre cada inhalación y cada marcaje. Una buena técnica dada con la práctica te permitirá un movimiento con mayor velocidad y potencia, y con menos cansancio como resultado.  

El Karate, al igual que todas las artes marciales, van más allá del desempeño físico, entrenan a la persona para que controle su energía interna, lo que los lleva a adquirir un dominio de su propio cuerpo que les permite mayor fuerza con independencia de edad, sexo o capacidad física.

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Para alcanzar un óptimo desarrollo en Karate, debes ser muy rápido para sorprender al oponente. Pero al mismo tiempo, debes ser muy estable en tus posiciones para poder transmitir eficientemente la energía desde Hara hasta el punto de impacto. 

Tendrá que haber una ruptura en el equilibrio. Esto quiere decir que tendrás que pasar de una posición muy estable donde te encuentras anclado al suelo, a un estado de movimiento muy rápido para terminar nuevamente en una posición muy estable.

Debes considerar tu centro de gravedad como una pelota y justo antes de empujar la pierna trasera, soltarás la pelota, es decir, dejarás de ser muy estable y tus caderas se relajarán para no obstaculizar el movimiento.

El hara en cada técnica, permanece bajo tensión, pero ya no lo sostienes, como si cayeras en el acto. Dejas ir el agarre que tienes sobre tu centro de gravedad, pero se mantiene fuerte para que puedas generar energía explosiva en tu pierna trasera.

Usarás la fuerza gravitacional o lo que es lo mismo, tu propio pesopara acelerar tu movimiento.

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