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¿Empezando en Las Artes Marciales?

3 consejos que necesitas saber

Las artes marciales no es algo que puedes aprender simplemente en Youtube, a través de tutoriales o vídeos demostrativos de aficionados. Lo que necesitas es un maestro que esté atento a tus movimientos y te corrija cada paso. Eso, y practicar una, y otra, y otra vez ¡hasta que lo tengas dominado!

Hay muchísimas escuelas de artes marciales, pero, seamos sinceros, no todas son buenas. Por ello, ¿cómo saber si has elegido la escuela correcta? ¿Qué deberías tener en cuenta a la hora de buscar una escuela? Aquí tienes cuatro consejos para encontrar tu dojo perfect0

1.- Investiga y visita diferentes escuelas

Haz una lista de las escuelas de artes marciales que tienes alrededor y aquellas que impartan tu disciplina. Si la academia ofrece una clase de demostración, ¡pruébala! Porque si nunca has entrenado, ni has visto una clase de artes marciales, necesitarás visitar varias escuelas antes de elegir una.

El primer paso debería de ser ir a un gimnasio y sentir lo que allí pasa. Acude a varias clases. El tiempo que dediques a entrenar estará influenciado por el tipo de personas que estén en tus clases. Si tus compañeros te inspiran camaradería y familiaridad, te será fácil acudir a tus sesiones y aprender. Si por el contrario, no te inspiran confianza, se te quitarán las ganas de ir a clases.

El siguiente paso es saber si el sparring está bien seguro. Es necesario tener un balance para garantizar que la seguridad y el aprendizaje van de la mano.

Deberías ver a los estudiantes, si disfrutan de sus clases y de si tienen respeto a su profesor. Intenta hablar con ellos y averiguar qué es lo que les gusta de la escuela. Habla con los profesores para saber si sus objetivos encajan con los tuyos

2.- Busca un buen instructor

El maestro ideal de artes marciales es aquel que sabe establecer una estrecha y sólida relación con sus alumnos. ¿Es experto en artes marciales? ¿Sientes que esta persona puede ayudarte a aprender? ¿Corrige los errores de los estudiantes o les deja que ellos mismo se den cuenta? Sus habilidades para enseñar determinarán lo bien que puedes llegar a sentir en el gimnasio.

Aconsejamos evitar aquellas academias que enseñen muchas artes marciales. Es mejor aprender al lado de alguien especializado en una disciplina en concreto. Por ejemplo, si quieres aprender karate, te aconsejamos entrenar en un dojo de karate, no en una escuela donde el karate sea una de las diez disciplinas impartidas por un mismo maestro. El enfoque es la clave.
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FACTORES QUE CONFORMAN EL KIME

KIME

(Gráfica:Roberto González Aramboure)

 

Kime (極 め) significa “conclusión, final” y es el término que se utiliza en Karate-do para hacer referencia a la energía, la potencia que el karateka debe ser capaz de aplicar en sus técnicas.

Si el KIAI es la forma de proyectar la Energía “KI” a través del grito, el KIME lo es para proyectar el KI con la ayuda del cuerpo, concentrando toda la fuerza física y mental en el instante final.

Es el paso de la relajación a la contracción de los músculos, en el momento del impacto.

Como decía el Maestro Egami, relajación-tensión, de 0 a 100. Y como nos recalcaba el Maestro Harada, cuando el golpe haya detenido su trayectoria, la energía continuará traspasando la barrera física.

Cuando se lanza un golpe es muy importante realizar el recorrido de todas las técnicas en total relajación de la musculatura implicada en la ejecución. Se consigue así una mayor velocidad y explosividad de movimiento, a la vez que evitamos el cansancio prematuro, pues gastaremos menos energía durante el trayecto, pudiendo aplicar la máxima eficacia de la técnica en el impacto.

El cerebro manda la orden de ataque, con lo que el movimiento se desencadena a partir de una contracción muscular máxima de los músculos implicados en el movimiento. Esta contracción ha de ser explosiva.

Una vez el puño se ha lanzado, la musculatura del brazo se relaja. Esto hace posible una velocidad máxima para el brazo, que redunda en un aprovechamiento más efectivo de la técnica. Una vez alcance su destino, la máxima extensión del brazo coincide con una contracción máxima de la musculatura implicada.

Ésta ha de durar el tiempo suficiente como para permitir que la energía del golpe se transmita a nuestro oponente, ya que no olvidemos que al golpear contra algo con una fuerza determinada ese algo nos devuelve una fuerza igual pero de sentido inverso a la que hemos aplicado.

Por consiguiente, si una vez aplicada la técnica la tensión cesa en ese mismo momento, parte de la energía del golpe se perderá, mientras que si se mantiene la contracción máxima durante unos instantes se logra un doble efecto de la técnica y la transmisión completa del Kime.

No hay que olvidar que, para un perfecto aprovechamiento del Kime, es necesario llevar el brazo contrario al hikite, de modo que coincide el momento de aplicación del Kime con la llegada del puño contrario al hikite.

En Karate, el entrenamiento en las Artes Marciales es exigente y sirve para fortalecer el cuerpo.

Si únicamente se fortalecen y utilizan los músculos, y todo depende de la fuerza física, una persona pequeña o más débil nunca podría vencer a otra físicamente más fuerte.

¿Por qué un practicante de Artes Marciales puede ser capaz de vencer en un combate a una persona físicamente más fuerte? Pues por su mayor experiencia y dominio de las técnicas de defensa y ataque, y porque a pesar de no tener músculos tan fuertes, sabe utilizarlos correctamente, y aplicar así la fuerza de todo el cuerpo, sacando el máximo partido a la fuerza de que dispone.

Los tres elementos fundamentales para conseguir generar y aplicar la máxima potencia en las técnicas son:

•Posición firme.

•Giro de cadera.

•Respiración.

Las Artes Marciales pretenden ir más allá de la fortaleza física y hacer que el individuo llegue a dominar la energía interna del cuerpo. Los músculos se debilitan a medida que el cuerpo envejece, pero los Grandes Maestros, en edades avanzadas, han conseguido tras años de entrenamiento adquirir un dominio de la energía que les hace ser claramente superiores en fuerza, más fuertes incluso que los practicantes más jóvenes, en plenitud de sus facultades físicas.

En Japón se cree que la fuente de esta energía es el hara, el vientre. La clave principal para lograr generar este poder está en la respiración. No es algo en absoluto fácil de alcanzar, se trata de una de las metas más elevadas del Karate.

KIME

 

karate fisica mecanica

Según los clásicos de la esfera deportiva como Ozolin, Harre, Matvéev y otros, la técnica garantiza realizar un movimiento con un mínimo de esfuerzo y un máximo de eficacia pero… ¿Qué hay detrás de esa frase?
La respuesta a esta interrogante pudiera buscarse en diversas ciencias como la psicología, fisiología y otras, pero en este caso nos basaremos en la más simple de todas a nuestro entender: La física mecánica, que busca la explicación de los cuerpos y sus movimientos, y dentro de ella no puede obviarse las leyes de Sir. Isaac Newton. El ejemplo tomado en este artículo es el de la técnica más usada en el Karate-do, como es el Zuki o golpe directo con el puño.

Cuando estamos aprendiendo (y perfeccionando) la técnica del Zuki en el dojo, nuestro sensei hace particular énfasis en diversos aspectos esenciales. Seguidamente trataremos de fundamentar la importancia de estos aspectos, que buscan como premisa principal incrementar la potencia del golpeo.

Cuando estamos en la guardia (kamae) siempre nos indican que debemos realizar un movimiento de vaivén con los talones, como el mismo realizan los boxeadores, esgrimistas, en balonmano, hockey polo acuático y otros deportes. Con ello solo se está cumpliendo la primera ley de Newton (de la inercia) que define: “El estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme (MRU) de un cuerpo se mantiene mientras sobre él no actúen otros cuerpos o las acciones de éstos se compensen”. Sobre esa base, mientras estemos inmóviles en la guardia (reposo), será más difícil comenzar a movernos (MRU). Esta puede asumirse como la primera fuerza que actúa a favor de la técnica a ejecutar.

Empuje de la pierna de apoyo

Desde el kamae, la primera acción consiste en un vigoroso empuje con la pierna atrasada contra el suelo, muy similar a la arrancada de los corredores de velocidad o los saltadores. Una vez más estamos haciendo alusión a Newton (tercera ley de -acción y reacción-) que expresa: “Los cuerpos actúan uno sobre el otro con fuerzas de igual módulo y dirección, pero en sentido opuesto”.

Musculatura de la pierna

Según Newton, específicamente su segunda ley o ley de las fuerzas, “la fuerza que actúa sobre un cuerpo dado es igual al producto de a masa de este por la aceleración que dicha fuerza comunica al cuerpo”. Mientras mayor masa muscular se encuentre vinculada a la acción, la ejecución tendrá una mayor fuerza resultante por la sumatoria de las fuerzas actuantes. Esta es la tercera fuerza a favor de la ejecución.

Músculos del tronco

Por la acción de la rotación de la cadera, así como de la acción hacia atrás del brazo opuesto al que realiza la ejecución del zuki, se logra incorporar a la ejecución una serie de músculos del tronco como los paravertebrales y otros en función de la acción, cuya explicación es la referida en la musculatura de la pierna. Esta es la quinta fuerza a favor de la ejecución.

Rotación de los hombros

La explicación es similar a la referida en el punto anterior, y ello propicia la acción de los músculos Deltoides, Esternocleidomastoildeo, trapecio, dorsales y otros. Esta es la sexta fuerza a favor de la ejecución.

Empuje del brazo al frente

La explicación es similar a la referida en la musculatura de la pierna, y ello garantiza la inclusión de los músculos, bíceps, triceps, pectorales y otros. Esta es la séptima fuerza a favor de la ejecución.

Rotación del brazo que ejecuta la acción

El movimiento que presupone esta acción es de vital importancia porque los movimientos curvilíneos (principio de la balística) garantizan la estabilidad de la trayectoria y esto evita que se disperse la fuerza y por el contrario se concentre en un punto específico. Esta es la novena fuerza actuante a favor del movimiento.

Componente gravitatorio

Cuando realizamos el paso al frente para buscar una mayor amplitud del paso en nuestro ataque, involuntariamente desciende nuestro centro de gravedad corporal. Esta fracción de la fuerza que atrae los cuerpos hacia la tierra, es la décima en sumarse a favor de nuestra ejecución.

Movimiento rectilíneo uniformemente variado

Este aspecto se refiere al carácter de aceleración progresiva que se presenta en la técnica de ataque, en la cual se parte de una velocidad mínima y en el momento de impacto se alcanza la mayor aceleración posible.

Fuerza de rozamiento

La duodécima fuerza actuante en nuestro movimiento es la de rozamiento, reconocida como aquella que: “surge durante el movimiento de un cuerpo por la superficie de otro y que está dirigida en sentido opuesto a la velocidad”: esta fuerza debe ser disminuida en lugar de aumentada. La misma se presenta entre el pie que busca al frente y el suelo. Este movimiento debe ser no tan alto para evitar ser barridos o perder demasiado tiempo, pero tampoco tan cercano al piso que frene en exceso el desplazamiento.

Una persona desconocedora de la técnica, en un ataque de brazo, solo podrá ser capaz de utilizar la fuerza del propio miembro (explicado en Empuje del brazo al frente). Por el contrario, una persona conocedora de los patrones técnicos podrá emplear a su favor los puntos anteriormente mencionados, así como otros no abordados en este trabajo, mediante el establecimiento de una extensa e integrada cadena cinemática.

Fuente original : efdeportes.com
Roberto González Haramboure PhD Hanshi