SHOJI HIROSHI

 

Hiroshi Shoji nació en 1931. Fue Campeón en kata en los primeros campeonatos de Japón (1st JKA All-Japan Karate Championships) celebrados en el año 1957, ese año, gana la categoría de Kata con la realización del Kata Unsu.

Según palabras del Maestro Nakayama: “El Sr. Hiroshi Shoji fascinó totalmente a los espectadores con su excelente actuación, llena de fuerza y belleza”. El Maestro Nishiyama la calificó de “impecable”. Repite en el año 1960 el primer lugar en Kata (4th JKA All-Japan Karate Championships).

A mediados de los años 70 Shoji Sensei escribió un libro llamado «El Camino de Karate: La manera de vivir de un Budoka». El libro se publicó sólo en Japón y en idioma japones. La historia relata el viaje personal del Karate de Sensei Shoji.

Niño estirando

EN EL CLUB YAMAGATA TE DAMOS LA OPORTUNIDAD DE QUE TU HIJO

SE FORME EN ESTOS VALORES

 

Un estudio publicado por la Academia de Deportes de Estados Unidos en The Sport Journal asegura que las artes marciales, y en especial el Karate, pueden ayudar a los niños a mejorar su aptitud física, incluyendo la coordinación, la fuerza y la flexibilidad, a la vez que les transmite algunos de los valores más valiosos como la perseverancia, el autocontrol y la responsabilidad.

Además, el Karate también es beneficioso para tratar diferentes trastornos. Por ejemplo, se ha demostrado que este tipo de entrenamiento es útil para los niños que padecen autismo y un déficit de atención e hiperactividad. También puede ser una terapia complementaria en el caso de que existan problemas de ansiedad o que el niño sea víctima de acoso escolar.

 

OTROS BENEFICIOS DEL KARATE PARA LOS NIÑOS
– Estimula la coordinación y el equilibrio a través de una serie de ejercicios que mejoran la postura y los movimientos.

– Acorta la velocidad de reacción y el tiempo de ejecución, una habilidad que no solo es útil en el plano físico sino también intelectual.

– Favorece una respiración adecuada y contribuye a regular el ritmo cardíaco. De hecho, a menudo los especialistas recomiendan la práctica de Karate para complementar el tratamiento médico de los problemas respiratorios y cardíacos.

– Potencia la orientación espacio-temporal y las habilidades viso-motoras, permitiendo que el niño esté más centrado en el presente y más atento a su entorno.

– Desarrolla las habilidades motoras, a la vez que estimula la flexibilidad muscular. De esta forma estimula el crecimiento y ayuda a prevenir la aparición de trastornos osteomusculares.

– Permite descargar el exceso de energía y potencia la concentración, por lo que resulta muy eficaz en los niños que tienen dificultades de atención.

– Fortalece la autoconfianza, la autoestima y la seguridad, tres cualidades esenciales para que el niño pueda hacer frente al acoso escolar.

– Estimula el autocontrol y el autoconocimiento, permitiendo que el niño regule mejor sus emociones y mantenga bajo control su impulsividad.

– Ayuda a desarrollar valores positivos como la responsabilidad, la tolerancia y el compañerismo.

– Estimula la capacidad para resolver conflictos de manera pacífica, una habilidad que resulta muy útil para la integración social del niño.

– Enseña a conectar la mente y el cuerpo, a través del autoconocimiento y la autoexploración.

– Educa al niño en una fuerte disciplina y respeto por los demás, cualidades que le permitirán ser mejor persona.

RFEK

Federación Española de Karate

black belt image

 

El siguiente texto del sensei Hidetaka Nishiyama dice mucho del verdadero significado de alcanzar el grado de cinturón negro en Karate.

En la historia europea, y especialmente en la historia inglesa, un hombre de gran valor y dignidad, que se destacaba tanto en el campo de batalla como en su vida social de relación, era premiado con el título de caballero. Esta designación implicaba que su receptor era un hombre de honor y que además poseía una gran habilidad en el combate

En Japón, este tipo de hombre era denominado Samurai, siendo objeto de gran atención y respeto.

En esas épocas, tanto Inglaterra como en Japón constituían estados feudales en los que los caballeros y samurais eran productos puros indispensables de las condiciones sociales en las que se vivía, situación que hoy día no subsiste. Sin embargo, el deseo de alcanzar un gran nivel en un Arte Marcial, en autodisciplinarse y en la defensa personal, aún persiste.

Actualmente, el hombre se esfuerza en un Arte Marcial, intentando alcanzar el cinturón negro, como resultado de un aprendizaje para combatir. No obstante, en la misma medida en que progresa en su entrenamiento, se vuelve más consciente de un fuerte impulso: el de moldearse a sí mismo, transformándose en una mejor persona, no solamente poseedora de una gran habilidad en el combate, sino también de dignidad y honor.

Tradicionalmente, éstos han sido siempre los objetivos de un estudiante de Artes Marciales.

El cinturón negro es una recompensa otorgada al caballero actual o al moderno samurai, que ha sacrificado muchas horas disciplinando su mente y agotando su cuerpo, en el intento de alcanzar el máximo desarrollo físico y mental posibles. 

Inicialmente, el sistema de grados fue establecido como una serie de niveles con los que el estudiante podría evaluar su progreso, y el primer cinturón negro alcanzado es conocido como Shodan, el primer grado, el paso inicial de esos niveles.

El Shodan significa que el estudiante domina los fundamentos del Arte, y está ahora preparado para recibir un entrenamiento más avanzado; si continúa practicando, podrá optar a otros danes, indicativos de su progreso.

Esta escala de valores ha probado su eficacia como gran motivador del estudiante, pero también ha originado algunos problemas.

En primer lugar, existe internacionalmente una gran disparidad de criterios. Un sistema de grados universal debería estar ya normalizado, y de la misma forma en que un centímetro es igual a otro centímetro, un sistema de danes debería serlo de otro.

Es preciso también comprender que esta escala de valores consiste en examinar las reacciones humanas, y debido a las diferencias existentes entre cada persona, es difícil establecer reglas únicas.

Cuando el Karate alcanzó una dimensión internacional, varios países acogieron estilos diferentes, cada uno de ellos con sus propias reglas, y este hecho permitió que individuos sin escrúpulos crearan sus propias organizaciones, otorgando el cinturón negro a estudiantes no cualificados, los que a su vez decidieron abrir sus propias escuelas y entregar sus propios cinturones negros. Este mismo tipo de personas también decidieron promocionarse para obtener beneficios económicos.

El resultado final es que muchos cinturones negros constituyen un mal ejemplo, produciendo también una mala imagen del Arte del Karate.

Muchas personas opinan que al igual que se producen las nuevas evaluaciones en el mercado internacional de divisas, deberían existir centros donde se re-evaluase el cinturón negro, a pesar de que la lista de candidatos alcanzaría el grosor de un listín telefónico.

En un club serio, se obtiene el cinturón negro entre cinco y ocho años de constante y duro entrenamiento diario, toda la semana, y contando además con una instrucción competente.

Cada karateka debería saber que el cinturón negro no es un regalo, sino un objetivo y un símbolo de la realización de un gran esfuerzo, dentro de un sistema de grados de la máxima calidad, del que se beneficia el estudiante y el Karate en general.

Esta interpretación de los danes debería instilar un sentimiento de orgullo a quien recibe un Dan a través de un entrenamiento riguroso.

Los caballeros y los samurais de antaño evitaban todo acto que pudiera empañar o poner en tela de juicio su honor. ¿Desean los Sensei y cinturones negros modernos tener una actitud diferente a la de ellos, respecto de su propio honor?

 

DOJO TRADICIONAL

El Dojo es el lugar del camino

Es donde se encuentra la verdadera forma a seguir en la práctica del Arte del karate. Al utilizar las denominaciones club, gimnasio, etc., da una idea más física de la práctica.

El Dojo deberá ser tratado con respeto, debiendo saludar al entrar y salir hacia la pared principal, donde se encontrará el símbolo del Estilo, el Maestro. El saludo es un símbolo de respeto hacia el lugar, hacia lo que representa, y cortesía hacia el profesor y hacia los demás compañeros.

La presencia del lugar es básica en cuanto a limpieza, orden, etc. así como de las personas presentes en él, sean practicantes o visitantes. En cuanto a los primeros, deberán siempre utilizar para la práctica del Kárate el traje blanco (Gi), vestimenta oficial desde el año 1952.
Todo el esfuerzo se concentrará en la correcta práctica del Arte completo, y se respetarán las principales normas del Dojo, llamadas Dojokun, y que a menudo se encuentran escritas en la pared principal por medio de KANJIS (ideogramas japoneses).

Es básica la lealtad, así como el respeto.

El sistema de grados, cinturón blanco, amarillo, naranja, verde, azul, marrón y negro, es algo relativamente reciente pues se instauró en Europa (debido a que no somos pacientes para pasar de un cinto a otro en varios años) hacia el año 1960, ya que en Japón solo existían los grados de Blanco y Negro (ni siquiera los Danes).
Así desde 1960 se incorpora el grado intermedio de Cinturón Marrón, y se añaden dentro del Negro los 10 Danes que conocemos ahora.
Lo que en Japón marca los grados, por debajo de los Danes, son los llamados KYUS, que aqui también conocemos y que apenas utilizamos.

Un grado no debe expresar, como a menudo sucede, un poder o conocimiento técnico solamente, sino que debe presentar un carácter personal humilde, bondadoso, equilibrado, etc.
Esta idea se condensa en la frase japonesa GI-SHIN-TAI: Técnica-Espíritu-Cuerpo. Esto debe ser un grado, y no un simple color en la cintura. A mayor grado mayor nivel de estas tres cosas.

La Cortesía, Formalidad y Disciplina en el Dojo

No olvidarse de hacer una reverencia cada vez que se entra o abandona el Dojo. Hay que ejecutar la reverencia de forma correcta -no hay que limitarse a inclinar brevemente la cabeza-. Hacer una pausa en la entrada, permanecer en pie con los talones juntos y las manos contra los muslos. Si no hay nadie en el Dojo hacer una reverencia hacia el centro, o hacia cualquier objeto de honor, tal como una fotografía del fundador de la escuela.

Comportarse correctamente en el Dojo.

Hablar solamente cuando el maestro nos hable. No juegue, no ria, ni se comporte incorrectamente.

A la orden de «seiza», hay que bajar suavemente sobre la rodilla izquierda. Mantener las espalda recta y los brazos a los lados. Bajar la rodilla derecha y sentarse hacia atrás con la cabeza erguida, la espalda derecha y las palmas bajas sobre los muslos. A la orden de «sensei ni rei», deslizar primero la mano izquierda y después la derecha manos hasta el suelo delante de las rodillas e inclinarse hacia adelante. Mantener la mirada hacia el Maestro. Mantener la reverencia durante un segundo, y después enderezarse. El Maestro devolverá la reverencia. Repetir la reverencia, esta vez con los compañeros de clase. La orden para ellos es «otogaini rei».

Si se llega tarde y la clase ya ha comenzado, no hay que limitarse a entrar en el Dojo y unirse a la clase. Hay que ejecutar un reverencia en pie en la puerta solicitando permiso para incororarse al grupo y permanecer en esta posición hasta que el Maestro nos autiriza la entrada. Si necesitamos abandonar el Dojo durante el entrenamiento, primero hay que pedir permiso al profesor.

OHSHIMA TSUTOMU

Ohshima Tsutomu fué un erudito de las artes marciales.

A la temprana edad de 5 años comenzó a estudiar Sumo hasta los 15 años, kendo desde los 8 hasta los 15 años también y  judo desde los 9 a los 13.

En 1948 comenzó su andadura en el karate de la mano del Sensei Funakoshi. En 1955 se traslada a USA para continuar sus estudios de economía, fundando al poco de llegar el primer club universitario de karate de Estados Unidos. Se instaló definitivamente allí creando la Escuela de Karate Shotokan de América