KARATE PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL de la UNESCO

Este 2021, año en que el Karate se ha estrenado en los Juegos Olímpicos de Tokyo, también ha servido para que otras instituciones internacionales como la UNESCO, hayan reconocido la práctica del Karate como la mejor formación para niños y jóvenes, así como una práctica beneficiosa a cualquier edad.

Nota de prensa:

“La UNESCO ha declarado que la disciplina del KARATE es la mejor formación para niños y jóvenes de 4 a 21 años y como práctica regular a cualquier edad.

Permite una educación motora completa, reforzando todas sus posibilidades educativas y psicomotoras (espacio / tiempo, propioceptividad, lateralidad, lanzar, tirar, empujar, arrastrar, saltar, rodar, caer, coordinar, estimular la relación con otras personas (sociabilización), utilizando del juego y la lucha como un suplemento de la motricidad y con la introducción de la técnica y táctica deportiva, además de buscar una aptitud general ideal.
El COI (Comité Olímpico Internacional) lo considera uno de los deportes más completos y que promueve los valores de la amistad, participación, respeto y esfuerzo para mejorar”.

Hace unos años que algunos de los principales maestros de Karate de Okinawa se reunieron para conseguir el reconocimiento de su arte centenario como un Patrimonio Cultural Inmaterial, y no sólo lo han conseguido, sino que las diferentes instituciones mundiales han alabado la práctica en todos las edades, justificándose en las aptitudes mentales, físicas y sociales que procura en el practicante esta disciplina marcial, que a nivel deportivo a resultado ser la más completa según los entes internacionales del deporte y la educación.

https://okinawakarate-unesco.jp/

Video promocional del movimiento de reconocimiento del Karate como patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO

Este reconocimiento, que hasta ahora poseía el Judo, termina de confirmar los beneficios de esta actividad que surge como parte de la cultura okinawense, convirtiéndose, ya en el siglo XIX, en un método educativo de la escuela pública y que en el siglo XX salta a Japón y al resto del mundo, con un espíritu educativo y formativo único.

Castillo de Shuri

Diferentes estudios a lo largo de los años, como el que hizo el Imperial College de Londres, demuestran que la práctica de las rutinas y ejercicios propios del Karate tradicional, ejercen una modificación beneficiosa a nivel físico, creando en el practicante una serie de conexiones neurológicas, que modifican la estructura cerebral, optimizando las capacidades físico técnicas de los practicantes. En concreto, según publicaba la revista Cerebral Cortex sobre el estudio del Imperial College de Londres dirigido por Ed Roberts:

«..La materia blanca del cerebro de los `cinturón negro´ se estructura de forma diferente a la del resto de los mortales...»

«Los resultados revelaron que los karatecas experimentados golpeaban con más fuerza, sus movimientos estaban más sincronizados y mostraban diferencias acusadas en la estructura de la materia blanca del cerebro, en concreto en el cerebelo y en la corteza motora primaria, ambas zonas relacionadas con el control del movimiento...»

«…Los `cinturón negro´ de kárate son capaces de coordinar sus movimientos en un nivel muy superior al del resto… Esta capacidad parece estar relacionada con un ajuste fino de las conexiones neuronales en el cerebro, lo que les permite sincronizar los movimientos de brazos y tronco con mucha precisión…».

El Karate Do es en la actualidad el arte marcial más popular del mundo, con más de 100 millones de practicantes en todos los continentes. La propia individualización de su práctica en niveles avanzados, ha supuesto en ocasiones un handicap a su reconocimiento por parte de instituciones, ya que existen una gran diversidad de estilos y ramificaciones técnicas, propias del propio proceso de exploración personal de los distintos maestros. Una vez aceptado que el Karate es un arte marcial múltiple y diverso, con infinidad de variaciones, es también más fácil aceptar que el espíritu único de cortesía y mejora personal, propio de su origen okinawense, hace de su práctica un excelente método educativo para la sociedad en la que vivimos. Un mundo tan diverso, como el propio arte marcial.

Los métodos de optimización del cuerpo mediante la técnica, son tan acusados como los que corresponden a la mejora del carácter de sus participantes, y al sentimiento positivo de su práctica.
 
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