Las profundidades del Karate japonés nos llevan a beneficios que transforman no solo nuestro cuerpo sino también la mente y el espíritu, junto con nuestra actitud.Explicamos a continuación por qué el karate do es más que un deporte.
El Karate tiene toda una filosofía basada en el tradicional Dojokun japonés o Código Ético, por muchos karatekas conocido pero no por todos llevado a cabo en la vida cotidiana, dentro y fuera del tatami.
El Dojokun japonés nos enseña a contener la conducta impetuosa y violenta, a ser respetuoso, tolerante y compasivo, a cultivar el espíritu de perseverancia, a ser fiel, leal, sincero y humilde, y a pensar en el perfeccionamiento del carácter como objetivo. Por ello debemos decir que el Karate no se desarrolla en un gimnasio sino en un dojo, un lugar casi sagrado donde no se busca una mera práctica o entrenamiento sino que se busca seguir ese camino de perfeccionamiento personal.
Seguis leyendo Karate do, más que un deporte
La siguiente relación explica con detalle los puntos vitales del cuerpo humano de mayor interés para el karateka.
Un punto vital es solamente un punto en el que un golpe es más efectivo, comparativamente a otros puntos. El estudio de su localización y posibles efectos, es fundamental para todo karateka que pretenda un control exacto y responsable de sus acciones técnicas, evitando así cualquier consecuencia no deseada.
1F)-SEITEN o TENDO.- Línea de juntura del frontal y los parietales.
2F)-TENTO.- Región entre la frente y la sutura coronal.
3F)-CHOTO o UTO.- Punto superior de la nariz y entre los ojos.
4F)-KASUMI.- Sienes, especialmente en la juntura del pómulo y el frontal.
5F)-SEIDON.- Partes superior e inferior de las cuencas de los ojos.
6F)-GANSEI.- Globos oculares.
7F)-JINCHU.- Juntura del maxilar superior, debajo de la nariz.
8F)-GEKON.- Centro del maxilar inferior, debajo del labio.
Un golpe a cualquiera de estos puntos vitales de la cabeza y cara, causa un trauma a los nervios craneales, lo cual ocasiona la pérdida de la coordinación nerviosa (funciones sensorial y motora) y de la conciencia, así como un “shock” vascular.
Seguis leyendo Puntos vitales del cuerpo humano de interés para un karateka
Después de hablar de la cortesía japonesa o el culto a la forma y los buenos modales (rei) y de la importancia de la armonía y la paz (wa), hoy quiero hablar de la verticalidad en las relaciones sociales japonesas, un concepto que en japonés se describe con el término tate shakai (縦社会). Este término fue acuñado por Chie Nakane, escritora y antropóloga japonesa, en su libro de 1967 titulado “Tate-shakai no Ningen Kankei“ (algo así como “relaciones personales en una sociedad vertical”), para hablar justamente de la verticalidad que define la sociedad japonesa.
La sociedad japonesa no es una sociedad horizontal igualitarista (como podrían ser muchas sociedades occidentales), sino que es una sociedad vertical en la que no hay casi nunca una relación igualitaria o de reciprocidad y todas las relaciones van de arriba a abajo y nunca de igual a igual.
Los Sôhei fueron una casta de monjes guerreros que ejercieron una enorme influencia política y militar en el país. Divididos en cientos de sectas, enfrentadas o aliadas entre sí, su presencia en los campos de batalla fue constante desde las Guerras Gempei (siglo XII) hasta el final del periodo Sengoku (siglo XVI), defendiendo los intereses de uno u otro clan samurái, o los suyos propios.
Eran guerreros formidables, disciplinados y bien entrenados, movidos a menudo por la devoción religiosa, lo que los hacía aún más peligrosos.
De entre estos sacerdotes guerreros, los más misteriosos y temibles siempre fueron los yamabushi (“guerreros de la montaña” o “el que se oculta en la montaña”): eran fanáticos seguidores de la doctrina Shugendô, cuyas técnicas de lucha se movían entre el esoterismo y un entrenamiento físico casi inhumano.
Los yamabushi siempre han habitado el terreno de la leyenda y la superstición, atribuyéndoles poderes casi sobrenaturales.
https://bit.ly/2IGbF6e