El nihontō, conocido más occidente como katana, es el arma más estrechamente relacionada con el samurai.
Un samurai nunca abandonaba su espada, aun en tiempos de paz. El mejor regalo que podía recibir un samurai era una espada forjada por un célebre maestro. No obstante, cabe resaltar que durante la mayor parte de la historia japonesa, las principales armas fueron el arco y la lanza. No fue sino hasta que terminaron las guerras que la espada adquirió la fama que tiene actualmente.
La tachi fue la clásica espada samurai y colgaba con la hoja hacia abajo. Este tipo de espada tenía que ser desenfundada con ambas manos, por lo que se tenía que dejar el arco para utilizarla. Más tarde se logró desarrollar la katana.
Se decía que una buena espada debía ser capaz de dos cosas: cortar siete cuerpos apilados uno encima del otro y estar lo suficientemente afilada como para que al sumergirla en el agua pudiera cortar un nenúfar que flotara en la superficie.
La fuerza impresionante de la katana se debía a su curvatura, que hacía posible que el corte producido pudiera incluso seccionar el hueso del oponente.
Los samurais no utilizaban ningún escudo para su protección, dado que la katana era un arma defensiva y ofensiva al mismo tiempo. Debido a su gran resistencia, podía golpear el arma del oponente para desviar el ataque y acto seguido asestar un golpe mortal.
Otro tipo de espada desarrollada fue la nodachi. Esta contaba con una hoja extra larga y apareció a comienzos del siglo XVI. Existen escasos registros de que esta arma fuera usada efectivamente en el campo de batalla, ya que, debido a su gran peso, el portador debía de tener una gran fuerza física. La mayoría de los registros documentan que fueron creadas con la finalidad de servir como ofrendas a santuarios y templos.
El naginata (un tipo de espada larga) es el arma más citada en las crónicas samurai. Constaba de una hoja curva montada sobre un mango de madera. Era un arma sumamente versátil, ya que con ella se podía golpear, apuñalar o acuchillar al enemigo. Los sōhei, una clase de monjes guerreros, fueron reconocidos por el grado de especialización que alcanzaron.
Otra arma muy recurrente fue la yari, una especie de lanza japonesa que apareció como el arma utilizada por las tropas de infantería durante el siglo XV.
Diferenciemos la indumentaria de un samurai en el campo de batalla y en su vida cotidiana.
En el campo de batalla
Debajo de la armadura o de su propia vestimenta, la ropa interior que utilizaban los samurais era conocida como fundoshi (褌), el cual era una especie de taparrabos hecho a base de lino o algodón. En el campo de batalla, los samurais utilizaban unos calcetines conocidos como tabi, unas sandalias de tiras llamadas waraji o zori y, en algunas ocasiones, un par de geta (unos zapatos parecidos a los zuecos).
La primera sección que se ponían eran las Suneate (脛当て) o espinilleras, además de unas haidate o protecciones en los muslos. Estas últimas se volvieron famosas hasta el periodo Sengoku, cuando los kusazuri (protecciones para el antemuslo) se redujeron. Se usaban además unos guantes denominados yugake, junto con los kote (mangas), para proteger brazos y manos.
Un uwaobi (上帯) —o cinturón exterior— mantenía todo el conjunto de ropa y armadura unido. Para proteger su cuello se utilizaba un nodowa. Además se colocaba un hachimaki (鉢巻き) alrededor de la cabeza para recibir el peso del kabuto (兜 casco).
Algunos samurais utilizaban algún tipo de máscaras para proteger el rostro, las cuales eran conocidas como hoate. Estas podían ser completas o media máscara que protegía hasta debajo de los ojos. Los samurais de alto rango solían portar también un jinbaori (陣羽織 guardapolvos) que se colocaba sobre la armadura. Estos no se solían usar en combate, pero sí dentro del campamento para dar un toque ceremonial a la reunión, así como para reflejar la importancia del personaje que la portaba.
Ropa normal
La vestimenta típica era el hakama y el kimono, mientras que para ocasiones de mayor formalidad utilizaban una chaqueta sobre el hakama llamado kataginu, los cuales combinados se conocían como kamishimo.
La palabra samurai (侍) generalmente se utiliza para designar una variedad de guerreros del antiguo Japón, aunque su verdadero significado es “el que sirve”, de una élite militar que gobernó el país durante cientos de años. Su origen data en el siglo X.
Quizás la imagen más representativa de Japón, aparte de las geishas son los samurai. Estos fueron los guerreros de Japón en la pre-modernidad. Ellos representaban a la clase militar que luego se volvió el grupo dominante hasta el periodo Edo. Se supone que un samurai debía cumplir con el código ético del bushido (el camino del guerrero). Este código hacía énfasis en la lealtad al maestro, auto-disciplina y respeto hacia uno mismo, y un comportamiento ético.
Su origen data del periodo Heian (794-1185), cuando eran contratados por lugartenientes para su propia protección. En este periodo el estado central había perdido el control de las zonas rurales, por lo que los lugartenientes tuvieron que llenar ese vacío de poder con una nueva clase guerrera. Existían sobre todo dos clanes de lugartenientes muy poderosos, los Minamoto y los Taira. Pronto lucharon entre sí por el poder, y los Minamoto triunfaron, estableciendo el shogunato (gobierno de la clase militar) como el nuevo status quo.
Durante el periodo Muromachi el país se dividió en varios pequeños estados que luchaban entre sí, por lo que los guerreros eran muy solicitados. Este periodo es en el que se sitúan las películas más importantes de Kurosawa. Posteriormente, para el año de 1500 se consolidó un solo estado que posicionó a la clase guerrera en la cima de la estructura social.
Cuando llegó una paz relativa, la importancia del conocimiento de artes marciales disminuyó. Muchos samurai se volvieron burócratas, maestros o artistas. Sin embargo, el periodo feudal llegó a su fin con el inicio de la restauración Meiji, y unos cuantos años después se abolió la clase de los samurai.
Las reformas del Emperador Meiji eran de carácter democrático y contaron con apoyo de la población, entonces le quitó el poder a los samurai, moviendo la capital de Kyoto a Tokyo.
Varios de los antiguos samurai terminaron alistándose en el ejército del gobierno, y muchos otros se levantaron en su contra en la Rebelión de Satsuma, donde fueron derrotados y la era de los samurai llegó a su fin.